¿Alguna vez te has preguntado si existe un sesgo de género en el espacio móvil? Porque probablemente siempre hayas pensado en tu vehículo como la «herramienta» de género neutral que usas para desplazarte.
Hablamos de tres áreas que afectan el diseño de vehículos y las pruebas de seguridad, y cuestionamos si existe un sesgo de género en ellas.
Diseño del coche adaptado a hombres y mujeres
A la hora de diseñar un vehículo seguro para todos, existe una diferencia de tamaño y peso entre hombres y mujeres: la distribución de la masa muscular, la densidad ósea y el espacio entre las vértebras cambia. ¿Están teniendo en cuenta esto los fabricantes de automóviles? Porque airbags, reposacabezas y cinturones de seguridad tienen que estar alineados de tal manera que cualquier persona con una distribución diferente no tenga más probabilidades de sufrir lesiones, como el latigazo vertical.
Para evitar esto, los fabricantes pueden cambiar el diseño considerando otras medidas para que el vehículo sea más cómodo para todos. Además, es importante realizar pruebas de seguridad en maniquíes masculinos y femeninos para garantizar que estos modelos puedan ser utilizados tanto por hombres como por mujeres.
Según un estudio del Instituto de Biomecánica de la Universidad Politécnica de Valencia, cuando las mujeres se ven envueltas en un accidente de coche, tienen un 73% más de sufrir lesiones graves, y un 17% más de morir en un accidente. Por tanto, en este aspecto se pueden ver diferencias en cuanto al género que afectan a la seguridad vial.
Los maniquís de pruebas de coches
Durante décadas se han venido diseñando los muñecos para pruebas o “dummies” con proporciones generalmente asociadas a un hombre, con 177 cm de alto y 76 kilos.
Fue en el año 2003 cuando la Administración Nacional de Seguridad Vial (NHTSA, con siglas en inglés) introdujo por primera vez un maniquí “femenino”. Sin embargo, este solo es de uso obligatorio en el asiento del pasajero, no en el del conductor, que es el que permite comprobar cómo de seguro resulta el vehículo.
Existen algunas excepciones ya que, por ejemplo, Volvo es uno de los pocos fabricantes que tienen en cuenta la seguridad de ambos sexos. Volvo Cars pone en cuestión la seguridad automovilística, pues denuncia que en los testeos de seguridad de vehículos se usan dummies (maniquíes) CARACTERÍSTICAS ANATÓMICAS PROPIAS DE VARONES.
Al no tener en cuenta estas variables (complexión, fuerza, pesos, resistencia interna…), las mujeres estamos más expuestas a latigazos cervicales o lesiones torácicas, lo que pone en serio riesgo nuestra salud. Para ello, diseña vehículos y procedimientos de pruebas adaptados a hombres y mujeres. Además, ha incluido entre ellas, a una mujer embarazada que permite estudiar el movimiento y el impacto de la madre y del feto.
Reconocimiento de voces masculinas y femeninas en la IA
El uso del reconocimiento de voz está cada vez más presente en todos los coches ya que es una tecnología de comunicación muy cómoda, fácil y segura. En este caso, el software de IA tendía a ser peor en el reconocimiento de voces femeninas.
Esto se refleja en la investigación de Rachael Tatman, graduada de la Fundación Nacional de Ciencias de la Universidad de Washington, quien analizó diferencias sorprendentes en cómo funciona el software de reconocimiento de voz de Google cuando subtitula videos. En el caso de los hombres acertó el 60% de las veces, pero solo el 47% de las veces en el caso de las mujeres.
La razón de esto deriva de la programación del sistema. Para poner en marcha esta tecnología, se deben introducir una serie de datos para que el programa identifique la forma de hablar y lo que se está pidiendo. La mayoría de las veces esta información proviene de perfiles masculinos.
Mujeres y hombres al volante
¿Alguna vez te han gritado agresivamente eso de “Mujer tenías que ser” mientras conducías? ¿Has oído alguna vez ese clásico mito machista de que las mujeres conducimos peor?
Un comparador de seguros de coche ha elaborado un estudio basado en las cifras de este servicio que dejan en evidencia estas ideas patriarcales, llegando a las siguientes conclusiones:
Las conductoras sufrimos menos percances graves porque solemos ser más cuidadosas y respetamos más las normas de circulación, aunque tenemos más distracciones al volante y percances menores (rozaduras en un parking, pequeñas colisiones…). Por ello, damos más partes al seguro: 54% mujeres, frente a un 46% de varones.
A pesar de ello, los accidentes de los varones son más peligrosos: terceros implicados, daños corporales, víctimas mortales… Las mujeres también demuestran su prudencia: ellos consumen cinco veces más bebidas alcohólicas y otras drogas que ellas. Las mujeres, también, llevamos mejor el mantenimiento de los vehículos.