Comprar un vehículo es una inversión muy importante y de manera inevitable va perdiendo valor. Aunque lo cuidemos y nos dure años en un estado impecable, es en el momento de cambiar de vehículo en el que nos damos cuenta de su depreciación.
Cuando estrenamos coche nuevo nos encanta la limpieza de la tapicería y ese olor a nuevo que intentamos conservar todo el tiempo posible.
Una vez que tenemos claro qué vehículo vamos a comprar, uno de los aspectos que nos queda por elegir es el color.
La gama de colores en los vehículos actuales es muy amplia. Podemos elegir colores neutros como el negro, el blanco o el gris o colores más llamativos y atrevidos como un rojo, un azul o un naranja. Es una elección muy personal que a la vez puede depender de muchos factores.